Se te desmorona algún que otro
pilar y el techo amenaza con desplomársete en la cabeza...
y tu gente, la de
siempre, está ahí, contigo, para compartir una comida, una tarde de playa,
una conversación inteligente..., o mandarte una chorrada que entrelíneas "dice":
no estamos, pero somos,
y aparece gente nueva, con una
sonrisa, un abracito..., o reaparece gente "semi" nueva, con capacidad
de perder casi el día entero contigo, compartir unas copas, hablar el mismo
idioma,
te llegan palabras amables, sin
rostro,
o, simplemente, alguien que
piensas que no se molesta ni en pensar en ti, te manda un
vídeo mono que te arranca una sonrisa...
El caso es que cuando quieres recapacitar en ello, básicamente para regocijarte
relamiéndote tus heridas, te das cuenta que esos días que amenazaban ser un
largo infierno, han sido estupendos, y que apenas has estado sola unas horas, y
casi casi porque has querido.
Vale, un pilar es mucho pilar,
pero 20 apuntalamientos aguantan un techo y lo que te echen,
gracias!
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